Antes de pensar en buscar viviendas en internet, realice una auditoría seria de sus finanzas. Debe estar preparado tanto para la compra, como para los gastos continuos de una vivienda. Los resultados de esta auditoría le dirán si está listo para enfrentar el gran compromiso o si necesita más tiempo para prepararse. Siga estos pasos para verificar su salud financiera:
Asegúrese de tener suficientes ahorros para gastos de subsistencia de tres a seis meses. No debe considerar comprar una vivienda antes de adquirir esa cantidad. ¿Por qué? Porque cuando compra una vivienda, habrá considerables gastos iniciales que incluyen el pago inicial y los costos de cierre. Necesita dinero guardado no solo para esos costos, sino también para un fondo de emergencia que los prestamistas requerirán.
Uno de los mayores desafíos para ahorrar es poner el ahorro en un medio generador de ingresos para ayudarlo a mantenerse al día con la inflación. Si desea alcanzar su objetivo de 1 a 3 años, un certificado de depósito puede ser bueno para usted. No le va a hacer ganar mucho dinero, pero no va a perder nada. Aun así, debe estar atento a las penalizaciones anticipadas.
Otra opción sería una cuenta de ahorro de alto rendimiento. Sólo si desea alcanzar su objetivo tal vez entre 6 y 12 meses. Para el caso, mantener el dinero líquido es la mejor opción. Asegúrese de estar asegurado por la FDIC (la mayoría de los bancos lo están) para que, si el banco cae, tenga acceso a su dinero, hasta $ 250,000.
Necesita saber exactamente cuánto gana cada mes y hacia dónde va. Este cálculo le dirá cuánto puede asignar a un pago de hipoteca. Asegúrese de tener en cuenta todo: servicios públicos, alimentos, mantenimiento y pagos del automóvil, deuda estudiantil, ropa, actividades para niños, entretenimiento, ahorros para la jubilación, ahorros regulares y cualquier otro artículo misceláneo.
En general, para calificar para un préstamo hipotecario, necesitará un buen crédito, un historial de pago de sus facturas a tiempo y una relación máxima de deuda a ingresos (DTI) del 43%. Actualmente, los prestamistas prefieren limitar los gastos de vivienda como el principal, los intereses, los impuestos y el seguro para propietarios de viviendas a aproximadamente el 30% de los ingresos brutos mensuales de los prestatarios. Sin embargo, esta cantidad puede variar según el mercado inmobiliario local.